Niño hiperactivo
La aplicación más práctica para un niño hiperactivo sería una cama o almohadilla magnética. Además, una diadema magnética antes de dormir, o incluso por la noche, puede ayudarle a relajarse. Idealmente, la diadema debe proporcionar polaridad norte (negativa) en la frente, preferiblemente sobre las cejas. En casos más graves, se puede aplicar tres veces al día durante 30 a 60 minutos cada sesión. También es muy importante que el niño evite alimentos que puedan exacerbar la hiperactividad.
Trastornos del comportamiento
Los niños pueden presentar hiperactividad, dificultades de aprendizaje, agresividad o déficit de atención, y a menudo estos síntomas se presentan juntos. Un niño que no presta atención, habla excesivamente, es irritable y posiblemente hiperactivo suele ser diagnosticado con trastorno por déficit de atención (TDA/TDAH).
La mayoría de los profesionales de la salud coinciden en que las causas son multifactoriales: un entorno familiar inestable, una ingesta excesiva de azúcar, adicciones a la comida, toxinas en las vacunas (como el mercurio y otros metales) o incluso algo tan simple como la necesidad de usar anteojos correctivos.
El uso de imanes es una opción natural para apoyar estas afecciones.
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La aplicación más práctica para un niño hiperactivo es dormir en un colchón magnético.
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Durante el día, el niño también puede beneficiarse al usar una diadema con imanes de polaridad negativa en la frente.
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Se obtienen beneficios adicionales al sentarse en una almohadilla de silla magnética con imanes de polaridad negativa colocados en el asiento y el respaldo.
El polo norte (polaridad negativa, -) produce una energía calmante. Reduce y calma los impulsos nerviosos en el cerebro, oxigena la sangre y proporciona otros beneficios que favorecen el equilibrio físico y emocional.