Imanes de agua

¿Por qué debo beber agua polarizada magnéticamente?

Cuatro quintas partes del cuerpo son agua, casi el 80%. El agua es fundamental para todos los procesos metabólicos del cuerpo, así como para transportar los nutrientes dentro y fuera de las células. Sin agua, el cuerpo se deshidrata. Existe controversia sobre cuánta agua debemos beber. Ya sea agua mineral, de manantial o destilada, debemos polarizarla aplicando un imán. El agua, por sí sola, no tiene propiedades magnéticas, como la atracción. El metal es magnetizable y polarizable. Puedes colocar un imán debajo de un vaso, frasco, botella o galones de agua, y dependiendo de la cantidad, puedes dejarlo reposar durante minutos, horas o incluso para siempre, como en nuestros cinco galones. La molécula de hidrógeno (H₂O) en el agua cambia su rotación, reaccionando mejor con la molécula de oxígeno. Adquiere una carga eléctrica. Sus efectos se pueden observar a través de los sistemas urinario y digestivo. No tiene contraindicaciones. De hecho, para nuestro uso diario, hemos preparado un pequeño disco flexible magnetizado que puedes colocar en las botellas de agua. Después de 48 horas, pierde su poder magnético, por eso te sugerimos llevar contigo un imán o un lápiz magnético para que siempre bebas esta agua.

Cuando el agua se mueve o atraviesa un campo magnético, los iones de hidrógeno y los minerales disueltos se cargan. Esta carga provoca una separación temporal de los minerales de los grupos moleculares del agua, lo que mejora el sabor: el agua se comporta como si fuera naturalmente blanda. El agua de lagos, pozos o arroyos se carga naturalmente por el campo magnético terrestre de 0,5 gauss. Sin embargo, durante el tratamiento y el transporte del agua a través de las tuberías subterráneas de la ciudad, la carga se disipa.