por la Dra. Irma Sierra
Nuestro planeta está rodeado de electricidad. La Tierra emite sus propios campos electromagnéticos (CEM), así como una multitud de campos generados por el hombre. La radiación del Sol y la Luna contribuye al perfil de CEM de nuestra atmósfera. Lo mismo ocurre con los cambios en el clima.
El "barrunto atmosférico" tiene una explicación científica: En el aire, en la atmósfera, hay una serie de iones positivos y negativos que se llaman “Esféricos”, campos abreviados de atmosféricos.
Aquellos que tienen carga negativa tienen un efecto protector y aquellos que tienen carga positiva tienen un efecto negativo.
Las esféricas pueden ser creadas por truenos, relámpagos y otros fenómenos meteorológicos, como el desarrollo y el movimiento de frentes cálidos y fríos. Además, son lo suficientemente potentes como para penetrar paredes, por lo que el estilo de vida predominantemente interior del hombre moderno no las protege. Estos iones positivos y negativos se desplazan a la velocidad de la luz y preceden 24 o incluso 72 horas a la llegada de un nuevo frente atmosférico.
Los biometeorólogos saben que su existencia puede estar relacionada con toda una gama de problemas de salud.
Los científicos estiman que más de un tercio de las personas son "meteorosensibles" y, por lo tanto, vulnerables a los cambios climáticos. Sus síntomas se presentan entre once y veinticuatro horas antes de un cambio repentino de temperatura y varían desde hormigueo hasta dolor en las articulaciones y los huesos.
Los expertos dicen que nuestra propia Dr. Ralph U. Sierra Se incluye que no son la presión, la temperatura ni la humedad en sí las responsables, sino la variación de las propiedades electromagnéticas de la atmósfera, como el grado de ionización o el campo eléctrico. Esto se debe a que El cuerpo humano es un organismo bioeléctrico. Y, como tal, es muy sensible a los cambios en el clima eléctrico de la atmósfera. Cuando las esfericidades son altas, generalmente uno o dos días antes de una tormenta, el dolor causado por migrañas, cicatrices y artritis también puede ser más intenso, y la violencia, los accidentes de tráfico, los suicidios y la delincuencia también son más comunes.
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Cuando los campos electromagnéticos atmosféricos aumentan, también aumenta la cantidad de iones (partículas con carga eléctrica) en el aire. Si bien las partículas esféricas pueden producir iones negativos y positivos, se asocian principalmente con la presencia de iones positivos. Cuando el número de iones positivos aumenta en relación con el número de iones negativos Puede provocar que el cuerpo libere el neurotransmisor serotonina en cantidades tales que el individuo experimente un síndrome caracterizado por ansiedad, inquietud, agresividad, mayor percepción del dolor y cambios de humor.
También existe una situación físico-orgánica en las articulaciones. Las articulaciones de los humanos y de casi todos los mamíferos son "sinoviales", es decir, están recubiertas por una membrana que une los huesos, sin una función de soporte como la de un ligamento o similar, y contienen un líquido viscoso (sinovial) que actúa como lubricante, evitando la fricción ósea.
Este nivel estructural de presión interna suele ser ligeramente inferior a la presión atmosférica, por lo que, cuando se produce una caída brusca de temperatura, la presión atmosférica disminuye y las articulaciones tienden a expandirse, generando presión sobre las paredes sinoviales. Esto es muy marcado en personas mayores con articulaciones rígidas o dañadas, lo que explica las constantes frases de los adivinos del tiempo.
Iones de aire positivos:
- También puede ser la razón por la que las tormentas eléctricas pueden iniciar problemas respiratorios.
- También se han asociado con una tendencia hacia una acidez no saludable y una sobreestimulación de las glándulas suprarrenales y tiroides y, por consiguiente, un agotamiento eventual.
- También parecen tener un efecto pronunciado en el sistema circulatorio. Pueden elevar la presión arterial y se asocian con afecciones vasculares como infartos.
- Como han demostrado muchos estudios, los campos electromagnéticos atmosféricos pueden interactuar con la glándula pineal (la glándula maestra que regula nuestro ritmo diario) y alterar su secreción de melatonina.
No está claro quiénes son más susceptibles a los efectos de las esfericas. Sin embargo, quienes tienen algún tipo de deterioro de salud tienen mayor probabilidad de verse afectados.
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